La inteligencia artificial (IA) se refiere a la simulación de procesos de inteligencia humana mediante la programación de algoritmos en sistemas informáticos. El objetivo es crear máquinas capaces de realizar tareas que, normalmente, requieren la intervención humana, como el aprendizaje, la resolución de problemas, el reconocimiento de patrones, la comprensión del lenguaje natural y la toma de decisiones.
Existen dos tipos principales de inteligencia artificial:
1. IA débil o estrecha (Weak AI o Narrow AI): Se refiere a sistemas diseñados para realizar tareas específicas sin poseer la capacidad de entender o aprender fuera de ese ámbito. Un ejemplo común son los asistentes virtuales, chatbots o sistemas de reconocimiento facial.
2. IA fuerte o general (Strong AI o General AI): Implica la creación de máquinas con habilidades intelectuales equivalentes a las de un ser humano. Estas máquinas tendrían la capacidad de comprender, aprender y aplicar conocimientos en cualquier dominio, de manera similar a la inteligencia humana. La IA fuerte es un objetivo a largo plazo y aún no se ha logrado completamente.
Las técnicas de inteligencia artificial incluyen el aprendizaje supervisado y no supervisado, el aprendizaje profundo (deep learning), el procesamiento del lenguaje natural (NLP), la visión por computadora, entre otras. La inteligencia artificial se aplica en una variedad de campos, como la medicina, la robótica, los vehículos autónomos, la atención al cliente, la predicción del tiempo y muchos otros.